
El clima es un factor crítico que influye en la calidad, manipulación y rendimiento de los áridos en obras de construcción. Desde lluvias intensas hasta temperaturas extremas, cada condición puede alterar su comportamiento y generar desafíos técnicos y logísticos.
☔ 1. Humedad y lluvia: enemigos silenciosos
La presencia de agua puede modificar el peso, volumen y capacidad de compactación de los áridos.
- Incremento de peso por saturación: La humedad eleva el peso de los áridos, afectando las dosificaciones y generando errores en mezclas de hormigón o mortero.
- Formación de grumos y apelmazamiento: El agua puede provocar que la arena y gravilla se compacten, dificultando su manipulación y distribución.
- Contaminación por escurrimiento: En sitios sin buena cobertura, el agua arrastra impurezas y puede contaminar los áridos almacenados.
🌡️ 2. Altas temperaturas: evaporación y fricción
Las olas de calor también presentan riesgos en el trabajo con áridos.
- Evaporación acelerada: En mezclas húmedas, el agua se evapora más rápido, alterando la proporción agua/árido y comprometiendo la resistencia del hormigón.
- Aumento de fricción en maquinaria: Los áridos calientes pueden afectar el rendimiento de correas, tolvas y camiones, acelerando su desgaste.
- Riesgo de fisuras tempranas: Si se usa concreto en altas temperaturas con áridos muy calientes, pueden formarse fisuras prematuras en la estructura.
❄️ 3. Frío extremo: congelación y fragilidad
El frío también puede impactar el estado físico y la logística en obras.
- Congelación del contenido de agua: La humedad presente en los áridos puede congelarse, alterando volumen y flujo.
- Fragilidad en la manipulación: El frío excesivo hace que algunos áridos finos o frágiles se rompan fácilmente al manipularse o mezclarse.
- Mayor dificultad de secado: En climas fríos se requiere más energía o tiempo para secar áridos antes de su uso.
🌬️ 4. Viento y polvo: riesgo para la salud y precisión
El viento en faenas abiertas puede generar otros efectos no deseados.
- Pérdida de material fino: Los áridos como arena o polvo de piedra pueden ser desplazados por el viento, reduciendo el volumen útil.
- Contaminación cruzada: El viento puede transportar partículas indeseadas a los acopios, afectando la calidad final.
- Problemas de salud laboral: Nubes de polvo provocan molestias respiratorias oculares, afectando la seguridad de los trabajadores.
Considerar el clima no es solo una buena práctica: es una necesidad técnica y operativa para garantizar que los áridos conserven su calidad y funcionalidad. Un adecuado almacenamiento y planificación según las condiciones climáticas puede marcar la diferencia entre una obra eficiente y una llena de contratiempos.
¿Listo para enfrentar el clima con una mejor gestión de áridos? 🌦️